A veces pienso en lo que la cámara no muestra. Porque todo el mundo habla de lo que se ve: el cuerpo, la luz, la pose perfecta, la sonrisa que parece espontánea pero lleva horas perfeccionándose. Pero hay cosas que la cámara nunca capta en Live Jasmin.
No hablo de lo obvio, de lo que está fuera del encuadre. Hablo de lo otro. Del segundo antes de empezar, cuando la modelo está en su cuarto, ajustando su cabello en el reflejo de la pantalla negra. De cuando la transmisión termina y el silencio en la habitación se siente más pesado de lo normal. De cuando alguien en el chat dice algo que duele, pero no puede notarse porque la sonrisa ya está puesta y desmontarla en directo es casi imposible.
Lo que la cámara no ve es lo que hace que todo sea real. Porque, aunque la pantalla filtra, aunque el show es un show, hay algo que siempre se escapa. La pausa de medio segundo cuando alguien entra con un nombre conocido. El cambio casi imperceptible en la expresión cuando un mensaje inesperado aparece en el chat. La forma en que algunas miradas duran más de lo necesario.
Tú que miras, ¿lo notas? No en las grandes cosas, no en lo obvio. En los pequeños detalles.
Si la cámara no lo ve, pero tú sí lo sientes, entonces… ¿realmente quedó fuera del encuadre?
